Mi enfoque

 

Mi enfoque: una Gestalt Sistémica

Mi enfoque personal se podría concretar como Gestalt Sistémica. Desde la Gestalt, el trabajo está centrado en la individualidad de la persona. Desde la Sistémica, el trabajo observa a la persona en relación con su familia y sus dinámicas, así como con otros sistemas a los que pertenece.

En mi tarea terapéutica, en todo momento veo a las personas, no como individuos aislados, sino como miembros de, al menos, un sistema (el familiar), en el que participa, comparte valores, creencias I lealtades. Esta mirada hace que el trabajo sea siempre integrativo.
El Eneagrama es también, para mí, un instrumento muy presente a lo largo del proceso terapéutico. Me permite situar los aspectos de la personalidad que nos favorecen o que nos van en contra, y saber cómo gestionarlos.

Me hace feliz saber que el camino que llevo recorrido puede ser útil a otras personas, mientras me mantengo en un proceso de trabajo personal constante. Por ello, y para seguir aprendiendo, acompaño a hombres y mujeres que se encuentran en situaciones de crisis o atraviesan etapas en que se sienten perdidas, confusas, fragmentadas, o ansiosas; personas que desean profundamente trabajar para mejorar sus vidas, para reconciliarse consigo mismas, para reunir todas sus partes internas y escuchar todas sus voces, para sentirse más en paz y en sintonía con ellas mismas y con su entorno.

Mi especialidad: Constelación Familiar Sistémica en sesión individual

Las Constelaciones Familiares Sistémicas (CFS) se introdujeron en el ámbito de la relación de ayuda como un trabajo grupal y generalmente se trabajan en este formato. Sin embargo, son muchas las personas que, por diferentes razones, prefieren trabajar su constelación familiar en consulta individual. Entre uno y otro trabajo –el grupal y el individual- hay parecidos y diferencias, pero más allá de este hecho, el formato individual es tan válido y eficaz como el grupal. El trabajo con pequeñas figuras representativas permite, al igual que el trabajo en grupo, observar los Órdenes del Almor, de acuerdo con el modelo de B. Hellinger.

Movida por la creciente demanda que experimenté en mi labor terapéutica con este tipo de trabajo y a base de experiencia, he ido consolidando y afinando el trabajo de Constelaciones Familiares Sistémicas en el contexto individual hasta convertirse, como resultado de un proceso natural, en una especialidad. Para esta tarea cuento con mi trouppe particular de representantes: los muñecos. Éstos son una herramienta y una técnica al mismo tiempo, y con ellos, de manera sencilla y efectiva, la persona consultante puede abocar sus proyecciones, imágenes internas y vínculos de la propia familia. El resultado es un pequeño y poderoso árbol genealógico en 3D, que apunta hacia una imagen de solución personal, con efectos concretos sobre el consultante y sobre todo su sistema familiar.

Los muñecos son mi recurso de base a la hora de abordar una sesión individual de CFS, pero no el único. Me sirvo también de anclajes, visualizaciones o recursos propios de la Terapia Gestalt siempre que conviene.

Las CFS en formato individual permiten que la demanda de la persona que acude pueda ser abordada de manera mucho más amplia que en el trabajo en grupo. Dado que no hemos de realizar otras constelaciones ni atender las dinámicas del grupo de participantes, la persona dispone de más espacio para explicar y matizar su demanda, o de indagar en otros aspectos no explícitos, pero que pueden estar implicados. Este trabajo lleva más tiempo que la constelación en grupo: entre una y tres sesiones de unas dos horas aproximadamente, y dependiendo de cómo la persona consultante va siguiendo y asimilando su proceso.

La integración progresiva de las emociones y las vivencias que la persona consultante va manifestando pasa por un diálogo contínuo a tres bandas entre cliente, terapeuta y las imágenes que evocan los muñecos. La intervención del terapeuta se orienta a facilitar la comprensión y la toma de conciencia de cada nueva imagen que se va configurando, de manera que la persona, pueda ir asumiendo todo cuanto va aconteciendo. De esta manera va ampliando su espacio interior para dar cabida y aceptar, con una mirada libre de intenciones personales y de juicios, tanto lo ocurrido en el pasado como una imagen de solución. Cuando obtiene la claridad y la preparación para ello, la persona comprende su imagen de solución y la puede tomar. Una imagen buena que a lo largo del tiempo impulsará cambios en su sistema familiar y en su vida.

Sobre mi

Siempre he sentido fascinación por la diversidad de formas con que los hombres y las mujeres hemos querido expresar nuestros sentimientos y emociones: la pintura, la poesía la danza, la cocina… y formas más primarias como el movimiento espontáneo y el grito.

Mi propia historia personal también me ha llevado a expresarme, concretamente en el contexto de la terapia. Darme cuenta de algunas heridas profundas, sanarlas, o aceptarlas, además de todo lo que he ido haciendo en la vida (los trabajos que he desempeñado, las personas que he conocido, los países y culturas visitadas) y todo lo que no he hecho (lo que no pudo ser, lo que he rechazado, las frustraciones, las pérdidas i los duelos, las renuncias), son el material con el que he ido elaborando la persona que soy hoy. Estar de acuerdo y en paz con todo lo que llevo vivido es lo que me permite apoyarme sobre mis propias piernas i caminar de pie.

Después de emprender un camino personal a través de otros enfoques, mi primer contacto con la terapia Gestalt fue en 1998. Esta terapia, junto con el trabajo de Constelaciones Familiares Sistémicas (CFS) que conocí a través de Joan Garriga, en el Instituto Gestalt en 1999, supuso para mí una apertura definitiva. Más tarde, estos dos enfoques se convertirían en la base de mi trabajo terapéutico.

Siguiendo mi impulso y este proceso de apertura, me formé en Dinámica de Grupos en Aula de Gestalt de Barcelona. Inmediatamente después y buscando profundizar con otros modelos me formé como terapeuta gestáltica en el Institut Gestalt, de Barcelona. Al mismo tiempo, partcipaba en numerosos talleres de Constelaciones Familiares Sistémicas con J. Garriga, S. Hausner, M. Franke, I.Geschwend, P. Bourquin o B. Hellinger, padre de las CFS, hasta poder cursar una de las primeras formaciones específicas en CFS, cuando, por fin, aparecieron con P. Bourquin. Me formé también en Intervención en Conflictos de Pareja, en la Escuela de Terapia Sistémica Kine, de Barcelona.

Más tarde, el curso de Protoanálisis para el estudio del Eneagrama (formación de las estructuras del carácter y la personalidad) con P. Peñarubia, me despertó un interés, todavía vigente, por esta herramienta que, en mi caso, complementa y enriquece mi labor terapéutica.

Como profesional de la ayuda terapéutica, no desvinculo esta tarea de mi propio proceso personal. He recibido terapia, tanto en formato individual como grupal, a lo largo de los años, y sin que esto suponga una formación en sí misma, sí que es la experiencia que más me ha capacitado para el desempeño de este oficio.

Esta posibilidad de apoyarme sobre mí misma –mi experiencia-, junto con la formación recibida es lo que me permite acompañar a otras personas cuando sienten el deseo y la fuerza para comprender las causas de su sufrimiento, ampliar su visión sobre sí mismas y su historia de vida y encontrar sus propios recursos para estar en sintonía con la vida

En el año 2017 fundé Gestalt Batec, un centro de terapias y crecimiento personal en el corazón del Eixample de Barcelona, donde cristalizan en centro físico los años de formación y experiencia.